Parasha Vaigash 5783

Parasha Vaigash 5783

“Israel viajó con todo lo que tenía; llegó a Beer Sheva y elevó ofrendas al D-ios de Yitzjak, su padre” (Bereshit 46:1)


Rashí explica sobre la frase “al D-ios de Yitzjak, su padre” que la persona debe honrar a su padre más que a su abuelo, por lo tanto, se mencionó a Yitzjak y no a Abraham.
Cuando a Yaakov Avinu le notificaron que Yosef estaba vivo en Egipto, tuvo una alegría inmensurable. Principalmente por el hecho de que Yosef se había gobernado a sí mismo y no olvidó la Toráh que había estudiado.
Yaakov no se alegró por el poder político y físico al que había llegado Yosef, sino por el poder espiritual que mantuvo, pues como dicen nuestros Sabios: ¿quién es poderoso? "Aquel que domina su Inclinación al Mal" A la Toráh se la llama “honor” (Avot 6:3).

Cuando Yosef les dijo a sus hermanos: “Díganle a mi padre todo mi ‘honor’” (Bereshit 45:13), no se refirió al honor personal, sino, al honor de la Toráh. Y además, no causó un defecto al brit sagrado, al que también se le llama “honor”.
Yaakov Avinu se alegró mucho por la noticia, y en señal de Gratitud, elevó ofrendas de agradecimiento.
El versículo resalta que “Yaakov elevó ofrendas al D-ios de su padre, Yitzjak”, a lo que Rashí explica que de aquí aprendemos que se debe más honor al padre que al abuelo. A esto podemos preguntar: ¿por qué a la Toráh le pareció correcto enseñarnos esta halajá precisamente aquí y no en otro lugar? 

Sin duda alguna, en las palabras de Rashí hay mucho que profundizar.
Podemos responder que cuando Yitzjak escuchó que Yosef había sido destrozado por una fiera, lloró y compartió el sufrimiento de su hijo Yaakov. Y como señal de agradecimiento a Yitzjak por su solidaridad con su hijo Yaakov en lo que respecta a lo que le aconteció a Yosef, sin duda, sus lágrimas causaron una impresión en el cielo, lo cual llevó a la salvación de Yosef. Entonces, cuando a Yaakov le notificaron acerca de que su hijo se encontraba con vida y que era el virrey de Egipto, se apresuró a elevar ofrendas “al D-ios de su padre, Yitzjak”; y con esta acción le reciprocó a su padre por su solidaridad.

Ahora podemos comprender por qué la Toráh nos enseñó esto precisamente aquí.
De esto aprendemos cuán poderosa es la fuerza del agradecimiento, que la persona que agradece a su compañero acabará agradeciendo al Cielo, ya que HaKadosh Baruj Hu hace el bien a toda persona día y noche, como vemos en este tema de nuestra parashá, que Yaakov agradeció a HaKadosh Baruj Hu y a su padre, y elevó una ofrenda recordando el mérito de su padre Yitzjak, quien lo consoló al escuchar sobre la tragedia de Yosef, su hijo.


Dedicada para la salud de todos los enfermos de Am Israel y del mundo entero, y para Hatzlaja y Beracha de Am Israel y en especial a todos aquellos que difundimos la luz de la Emuna al mundo entero, que el Creador nos dé salud, emuna, bitajon y mucho éxito. 

 

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