Parasha Toldot 5783

Parasha Toldot 5783

¿Alguna vez te has puesto a pensar cuáles son tus fortalezas y cuáles son tus debilidades?


Esto puede suceder en cada uno de nosotros, pues tenemos una cierta característica que nos distingue de los demás, cada uno es un ente diferente y donde tenemos que ser fuertes es en nuestras características y enorgullecernos de lo que somos, pero también debemos aceptar nuestras debilidades, pero eso no quiere decir que no podamos, sino más bien tenemos que ubicar nuestro talento y por medio de esta  Parashá "Toldot" encontraremos esta respuesta! 


Toldot nos habla de los hijos de Isaac: Ezab y Jacob, ellos siempre estuvieron en constante lucha desde el vientre de su madre y así durante toda su vida, pero dependían el uno del otro, que aunque ellos no lo veían.

Por un lado Ezab era un hombre de campo, un hombre desarrollado y rojizo que se dedicaba a la caza, un hombre de trabajo, y por otro, Jacob tenía la especialidad en el estudio.

Hoy en la actualidad lo podríamos comparar a aquellos que se dedican a la actividad laboral y a los que solamente al estudio, sin embargo tanto de una como de otra parte se necesitan, podemos ser una parte Ezab y por otra Jacob, en la relación entre Jacob y Esav es todo un tema controversial ya que ambos luchaban por sus derechos, por el derecho de la primogenitura y por otro lado, por el de la bendición, esto cuando Jacob tomó la bendición por “engaño” de su padre Isaac, y que muchos quizás podrían juzgar a Jacob, pero no es así, Hashem mueve las cosas de tal manera, que todo es perfecto y por lo tanto por algo suceden. 

Esav se podría calificar como desleal y con falta de hermandad, pero no sería justo si no incluimos un análisis de la crianza que recibieron de los padres, ya que por lo general esto influye en la vida futura de los hijos, mejor conocido como la educación, así nuestra  Toráh nos relata que los padres no pudieron reconocer las fortalezas de cada uno.

Tanto la mamá como el papá tenían hijos predilectos en algunos aspectos, pero en realidad no pudieron reconocer y potenciar las habilidades de cada uno, por lo que hubo una confusión y es lo que quizás aún hoy en día no entendemos, pues a veces creemos que sólo nosotros somos los que nos merecemos algo y en realidad las cosas son muy diferentes, ya que también al otro si le corresponden derechos, y por estas situaciones también surgen los problemas familiares.

Tanto Isaac como Jacob fueron creados por una especial intervención divina, ya que sus madres eran estériles y hemos escuchado mucho de esto en la Toráh, y todo es para un fin que
gracias a la Emuná  -La confianza que le tenemos a Hashem- suceden milagros, un ejemplo es cuando la Toráh nos dice que Isaac rezo a Hashem por su mujer, y de ahí concibió mellizos Ezab y Jacob.

 

Cada uno de nosotros tenemos una parte de Ezab y de Jacob, una es la fuerza y otra la debilidad que por un lado nos dedicamos al estudio de la Toráh, pero por otro también nos
dedicamos a trabajar, a luchar por la vida y el famoso dicho de ''hacer dinero" y que a veces hasta nos tienta olvidar la parte espiritual, y aunque esto (luchar por el sustento) no está mal, pero tenemos que saber establecer límites, sin embargo en este punto de saber equilibrar ambas fuerzas, es donde debemos tener control y dominio, operando el rasgo apropiado en la situación adecuada, en donde estaremos parcialmente en situaciones espirituales y materiales, nuestros relatos de la vida, nos permiten perfilar y diseñarnos como personas, por supuesto habrán dudas, pero cuando las resolvemos, encontramos nuestra área de especialidad tanto espiritualmente como en lo material.

Shabat Shalom! 

Dedicado para la sanidad de todos los enfermos de Am Israel y del mundo, y para éxito y bendición de todos aquellos que hacen difusión del mensaje de la Emuná (la pura y auténtica Fe en el Creador).

 

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