Parasha Shemot
“Y sucedió durante esos muchos días, que murió el rey de Egipto y los hijos de Israel gimieron por el trabajo y clamaron; y su quejido a causa del trabajo ascendió hasta el Creador. El Creador escuchó su lamento y Di'os recordó Su pacto con Abraham, con Itzjak y con Iaakov”
(Shemot-Exodo 2:23-24)
El pueblo de Israel clamó al Eterno a causa de la terrible esclavitud egipcia, y la Toráh nos dice que Di'os escuchó su clamor, es decir su plegaria. Asimismo, los versículos recuerdan el pacto entre Di'os y los sagrados Patriarcas respecto a la redención del pueblo de Israel de Egipto. Toda la esclavitud de Egipto en cierto sentido fue un decreto Divino, y Di'os mismo les había prometido a los patriarcas que luego de cuatrocientos años de
esclavitud Israel sería redimido y que con mano fuerte y saldrían con grandes riquezas.
Podemos preguntarnos por qué decimos que Israel fue redimido gracias a sus plegarias, siendo que la redención de Egipto ya había sido establecida en el pacto que Di'os hizo con los patriarcas.
Esto significa que la Redención llegaría de todas maneras y sin ninguna condición en especial, como por ejemplo la plegaria. Si es así, ¿por qué la Toráh resalta que el Creador escuchó el clamor y la plegaria del pueblo de Israel y que solamente entonces tuvo lugar la redención?
Del versículo parece entenderse que solamente en mérito de la plegaria pudieron ser redimidos…
Podemos responder diciendo que la esencia misma de la Redención fue para establecer una conexión entre Israel y el Creador, porque sin esa conexión la redención no tiene ningún sentido ni ningún beneficio.
Como es sabido, la plegaria conecta a la persona con su Creador, por eso, cuando el pueblo de Israel clamó al Eterno, tuvo el mérito de ser redimido en medio de una conexión y una relación de pertenencia con el Creador.
La plegaria fue lo que brindó contenido y significado a la redención, ya que de lo contrario no hubieran tenido el mérito de recibir la Toráh. Por lo tanto, a pesar de que hubieran sido redimidos incluso sin la plegaria (debido a la fuerza
del pacto establecido entre Di'os y los patriarcas), la plegaria del pueblo de Israel al Creador Bendito provocó que esa redención tuviera lugar de forma perfecta y absoluta,
sintiendo que todo viene de Él. Por eso la Toráh se tomó el trabajo de resaltar y recordarnos la plegaria que el pueblo elevó a Di'os antes de la redención.
La Guemará (Berajot 10a) cuenta lo sucedido con el rey Jizkiahu. El profeta Ieshaiahu le dijo a Jizkiahu que iba a morir y que no sólo perdería la vida en este mundo sino también la vida en el Mundo Venidero, porque no se había casado y había dejado de cumplir una de las mitzvot de la Toráh. Al oír eso, Jizkiahu comenzó a llorar y le pidió al profeta que le permitiera casarse con su hija. Ieshaiahu le respondió que ya era tarde, que ya había sido firmado el decreto.
El rey Jizkiahu no aceptó esa respuesta, le pidió a Ieshaiahu que terminara de transmitir la profecía y partiera. Jizkiahu subió a su cama, porque como sabemos la muerte comienza por las piernas. Al dejar de sentir sus piernas, Jizkiahu clamó con amargura pidiéndole a Di'os que le diera otra oportunidad y alargara sus días para que pudiera casarse. Di'os aceptó su pedido y le otorgaron otros quince años de vida para corregir sus actos y casarse.
Esto se debió a que Di'os reconoció que la plegaria de Jizkiahu salió de lo más profundo de su ser, y sabemos que incluso cuando la persona tiene una espada filosa pendiendo sobre su cuello, no debe perder las esperanzas de recibir misericordia Divina!
Esto no se entiende. El Profeta Ieshaiahu sabía que todo el tiempo que la vela arde todavía es posible corregir los errores; es decir que el rey Jizkiahu todavía tenía la oportunidad de rezar pidiéndole a Hashem que anulara el mal decreto. Como dijimos, incluso en los momentos más difíciles está prohibido perder las esperanzas de recibir misericordia Divina.
¿Por qué entonces el profeta le dijo que ya era demasiado tarde? Hubiéramos esperado que por lo menos Ieshaiahu rezara en beneficio de Jizkiahu al ver su sufrimiento y no que a priori lo llevara a perder toda esperanza.
La respuesta es que no es lo mismo la plegaria de la persona por si misma que la plegaria de los demás.
El profeta Ieshaiahu sabía que en esos momentos en que se había fijado el decreto, solamente la plegaria de Jizkiahu podía llegar a revertir la situación; porque su plegaria saldría de lo más profundo de sucorazón, con toda la fuerza y con las intenciones adecuadas.
Debido a que la plegaria de Jizkiahu podía ser mucho más poderosa que la plegaria de Ieshaiahu (porque
la plegaria de la persona por sí misma tiene más fuerza), Ieshaiahu no rezó pidiendo por el rey, porque quería que Jizkiahu clamara a Di'os en medio de su sufrimiento y de esa manera lograra revertir el mal decreto, sin confiar en la plegaria del profeta.
Este resumen de la Parashá nos recuerda una vez más, que tan importante es nuestra plegaria y como aun los grandes decretos pueden ser transformados por medio de la plegaria. Hashem quiere que estemos conectados con El!
Dedicado para la sanidad de todos los enfermos de Am Israel y del mundo y para el éxito de todos los que necesitan sustento.
El Jardín de Breslev te recomienda: