"Parasha Shemini" (Vayikra -Levítico 9,1–11, 47)

"Parasha Shemini" (Vayikra -Levítico 9,1–11, 47)

En uno de los momentos más esperados, anticipados, y espectaculares del Jumash, después meses y meses de preparación y de arduo trabajo, el Mishkán está completado. Moshé realiza el servicio sagrado de su inauguración para siete días, para que la familia de Kohanim puedan aprender y asumir esa gran responsabilidad. A su culminación en el octavo día, su hermano mayor Aharón, en un acto de traspaso del sacerdocio, cumple con mucha humildad todos los ritos y sacrificios especiales del día, y como dice el pasuk, todavía arriba del gran altar, se le ocurre bendecir a todo el Pueblo.

¿Qué es lo que dijo en ese instante tan trascendental? El gran comentarista Rashi nos informa que suplicó la famosa bendición de los Kohanim justamente en ese momento. El problema es que esa fórmula aparece muy posteriormente en la Torah en Parashat Nasó, como comenta el Ramba’’n. ¿Por qué no pensar que se le ocurrió a Aharón decir algo personal como Shlomo Hamelej expresó al término de la construcción del Primer Templo? ¿Por qué esa secuencia de berajot fueron especialmente apropiados para la ocasión?       

En grandes rasgos, esta bendición tripartita esconde en ella un mensaje profundamente relevante para ese tiempo y para todas las generaciones siguientes de Am Israel.

El primer versículo habla de la bendición de sustento y abundancia material cuando dice וישמרך y  יברכך. El segundo se refiere a la beraja de iluminación espiritual de Hashem cuando dice ויחונך y יאר . Y el tercero hace referencia al Shalom ישא שלום .

El concepto del número tres en el judaísmo en muy significativo como el reconciliador, y aquí la bendición de lo material mencionado en el primer versículo y lo espiritual representado en el segundo, siempre se necesitan ser equilibrados por todo el sentido que contiene el concepto de Shalom. Después de haber sentido la potencia abrumadora de su primera experiencia haciendo la avodah (servicio) en el Mishkán, Aharón Hakohen intuitivamente vio la importancia de este balance, de andar humildemente frente a Hashem en Su Camino, e imparto su visión al Pueblo.

La Shejiná efectivamente fue presenciada en ese gran día por la manifestación del fuego milagroso, el Esh (fuego), en el altar, pero este mismo fuego también se manifestó al consumir a los dos hijos de Aharón trágicamente por acercarse al Mishkán indebidamente. Lo que el papá intuyó sobre la importancia de no ser presuntuoso frente a Hashem y su temor por las consecuencias del contrario, desafortunadamente se materializó en forma inmediata con sus hijos. Claramente cuando uno se acerca a la kedushá y lo espiritual hay que demostrar un gran equilibrio entre nuestras aspiraciones de santidad y el contexto en el cual nos encontramos.

Recordemos siempre lo que dice el profeta Mija, “Hashem te ha dicho qué es lo que es bueno y qué es lo que Hashem requiere de ti; solo hacer justicia y amar la bondad y caminar modestamente con tu Di-os…”.

(Del Rabino Avi Horowitz)   

 

Para la elevación del alma de Bertha bat Simja (Feliza). y para sanidad de todos los enfermos de Am Israel y del mundo. 

 

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