Parasha Bamidvar

Parasha Bamidvar

“El Creador habló a Moshé en el desierto del Sinaí, en la tienda de reunión, el día uno del mes segundo, en el segundo año después de su salida de la tierra de Egipto, diciendo…” (Bamidbar 1:1).

 

El Midrash1 aclara por qué la Toráh enfatiza que el Creador habló con Moshé en el desierto del Sinaí, si es que ya lo sabíamos: “Todo aquél que no se hace a sí mismo hefker, ‘sin dueño’ como el desierto, no puede adquirir sabiduría ni Torá; por eso fue dicho ‘…en el desierto del Sinaí’”.

Los comentaristas del Midrash explican a qué se refiere la Toráh con hefker: “Ser humilde para aprender de todos y enseñar a todos, pues la Torá no se encuentra entre los vanidosos”.2

Este Midrash es enigmático: ¿por qué la Toráh no se encuentra entre los vanidosos? ¿Acaso no es posible que una persona sea vanidosa y sepa mucha Toráh? ¿Acaso no hemos conocido personas que sí saben mucha Toráh y sin embargo son engreídos y orgullosos?

Sin embargo la explicación del Etz Yosef es clara: Puede que un vanidoso tenga mucho conocimiento de lo que está escrito en los libros, pero Toráh no tiene. ¿Cuál es la diferencia entre una persona que sí tiene Toráh y otra que sólo sabe mucha Toráh , pero no tiene Toráh? 

La diferencia radica, tal como el Etz Yosef lo señala, en su disposición a aprenderla de todos y enseñarla a todos. Un persona orgullosa asumirá que otros no tienen nada qué enseñarle por lo que no aprenderá de ellos (a menos, por supuesto, que se trate de alguien que públicamente es conocido por ser un gran sabio). Del mismo modo, no estará dispuesto a enseñarla a quienes estén —según él— debajo de su nivel. Por el contrario, una persona que no es vanidosa y está dispuesta a aprender de todos y enseñarle a todos, es aquella que en verdad sí tiene Toráh.

Por otro lado, vale la pena enfatizar que la palabra que el Midrash utiliza es que la Toráh es hefker, que literalmente significa que no tiene dueño. Toda aquella persona que cree que él es el dueño de la Toráh, está negando esta característica de la Toráh que no tiene dueño: toda aquella persona o grupo que asume que la Toráh es suya, que sólo él —o ellos— poseen la Toráh y que todos los demás carecen de ella, es vanidoso y no está dispuesto a aprender de ellos.

La moraleja es clara: uno debe estar dispuesto a aprender Toráh de cualquier persona o de cualquier grupo, por muy diferente que sea al grupo al cual pertenece.3 En esto radica la humildad necesaria para en verdad adquirir Toráh. 

 

Notas:

Bamidbar Rabá 1:7.

2 Así lo explica Etz Yosef.

3 Por supuesto, no todos saben lo mismo: hay quienes apenas saben algo de Torá y hay quienes son Guedolei Israel, pero éstos últimos aprecian la Toráh de quien provenga, siempre y cuando sea consistente con el resto de la Toráh y no sólo sea una frase aislada que contradice otras ideas o partes de la Toráh.

(de Haish L.) 

 

Dedicado para todos los enfermos de Am Israel y del mundo entero, para protección de todos los soldados y poblacion de Israel y para la paz en Israel. 

 

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